Alumnos de segundo medio de los siete establecimientos que son parte del programa de apoyo a la educación técnico profesional participaron de talleres que abordaron la importancia de construir relaciones sanas de convivencia.
La violencia escolar es una preocupación creciente en Chile porque afecta tanto el bienestar emocional como el desarrollo académico y social de los estudiantes y docentes. Un estudio de la Defensoría de la Niñez de 2025 arrojó que esta problemática es una de las principales aflicciones de niños, niñas y adolescentes, pues perciben el ambiente educativo menos acogedor y seguro.
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Con el propósito de apoyar a la comunidad educativa de los siete liceos y colegios que participan de Experiencia Empresa, Fundación Itaú estableció una alianza estratégica con Fundación Stopbullying para realizar un taller expositivo y práctico a los estudiantes de segundo medio en cada centro educativo: colegio Padre Pedro Arrupe, liceo Matilde Brandau de Ross, colegio Peñaflor, liceo Mariano Latorre, colegio Enrique Alvear, liceo Luis Correa Prieto y Saint Trinity College. Se definió este nivel de la Educación Media a petición de los propios profesores y equipos directivos, ya que es la etapa en que comienzan a visibilizarse situaciones de bullying y se concentra la mayoría de casos de acoso escolar.
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El taller invitó a los jóvenes a reconocer sus distintas emociones y gestionar aquellas que impactan negativamente la convivencia diaria con compañeros y docentes. Un tema destacado de la jornada fue explicar el rol clave que tienen los testigos de casos de violencia escolar para terminar con el bullying, pues muchas veces son quienes alientan al victimario y en otras, asumen una actitud contemplativa que tampoco ayuda a detener la agresión. La sesión cerró con la entrega de herramientas prácticas para afrontar situaciones de maltrato.
El taller también incluyó una jornada de trabajo enfocada en profesores, encargados de convivencia y psicólogos. En ella se presentaron estrategias eficaces de resolución de conflictos y se abordó la importancia de que los establecimientos educacionales tengan un Protocolo de Desregulación Emocional y Conductual, porque es una guía que establece los pasos a seguir ante episodios de pérdida de control emocional y conductual de los alumnos con el propósito de resguardar su seguridad y de quienes lo rodean.
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A nivel de trabajo en aula, se compartieron distintas experiencias exitosas para fomentar la buena convivencia en clases como son las actividades colaborativas y de mediación escolar, junto con incentivar el uso de “Diarios de Conflictos”, recurso pedagógico donde los estudiantes registran y analizan sus experiencias y emociones.
A través de estos talleres, Fundación Itaú ha querido aportar en la lucha contra el acoso escolar para que los alumnos de Experiencia Empresa estudien en espacios educativos cada vez más acogedores, sanos y seguros.